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  LARINGOTRAQUEITIS AVIAR
 
Laringotraqueítis

La laringotraqueítis infecciosa, causada por un virus, puede ser responsable de cuantiosas pérdidas económicas en pollos debido a la mortandad. Aunque puede causar una significativa caída en la producción de huevos, las pérdidas son generalmente menores con respecto a otras enfermedades. En "broilers" la conversión de los alimentos es reducida.

Transmisión. El virus causante de la laringotraqueítis infecciosa puede llegar por vía del aire o transportado en el equipo o ropa. Se propaga principalmente mediante el contacto directo entre aves. El virus puede inhalarse en las micro gotas producidas por el ave afectada al toser, o bebiendo agua contaminada. Las aves recuperadas de un brote natural de la enfermedad son portadoras de la infección. La vía natural de infección es el aparato respiratorio. Suele presentarse anualmente en las mismas instalaciones o en la misma zona general.
 
Síntomas. La Laringotraqueítis infecciosa se propaga lentamente en el lote, siendo necesarias entre una y dos semanas para que la infección tome a la mayoría de las aves. Esto contrasta notablemente con lo explosivo del brote de bronquitis infecciosa donde todas las aves del lote suelen contraer la enfermedad en cuestión de horas. Por eso, el diagnóstico precoz de la laringotraqueítis permite al criador vacunar los sectores donde las aves aún no han sido afectadas por el mal.

Los primeros síntomas son: tos, estornudos y dificultades en la respiración, especialmente de noche. Gran parte de las aves está deprimida, se sientan en el piso o en las perchas. Otro de los síntomas característicos es que las aves estiran el cuello al respirar. Con frecuencia emiten graznidos y expelen mucosidades sanguinolentas al toser. Algunas aves sufren descargas nasales viéndose en ocasiones hinchazón de la cara y barbillones. La mayoría de los animales afectados se recuperan en un lapso dedos semanas cuando no mueren; algunos casos se hacen crónicos. A mayor gravedad del brote, más corto es el curso de la enfermedad. En la mayoría de las epidemias, la mortandad oscila alrededor del 15%. La mortandad sigue durante una semana y luego prácticamente cesa.
 
Lesiones. Uno de los hallazgos característicos en la necropsia es la presencia de mucosidad sanguinolenta en la tráquea. Se suele ver un tapón caseoso en la parte superior de la tráquea y laringe. El tejido muerto que forma ese tapón puede bloquear literalmente la entrada al tubo respiratorio provocando la muerte. En otros casos hay exceso de mucosidad e inflamación moderada de la tráquea. El diagnóstico de laboratorio es fundamental para confirmar cualquier sospecha de laringotraqueítis. No obstante, la mortandad es comparativamente alta, asociada a hemorragias traqueales, llevan a considerar que se está ante esta enfermedad.

Prevención y Control. Puede usarse una vacuna atenuada a los 10 días de edad, pero generalmente las aves son vacunadas a las 4 semanas de edad. Revacunar las aves entre las 16 y 20 semanas de edad.

Tratamiento: No hay un tratamiento específico pero la vacunación ante la inminencia de un brote acortará el curso de la enfermedad. Cuidadosas medidas de tráfico de control, cuarentena y sanidad son de suma importancia para prevenir la transmisión de la enfermedad.
 
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